Justin se merece una mención, por que es un artista agradable, liviano, y muy profesional. Aprovecha su perfil, pero también lo explota. Es un niño estudioso que quiere hacer las cosas bien, y apesar de que no siempre esa combinación resulta este es un buen ejemplo de que sí puede suceder.
Ahora lo mejor de la película es sin dudas ver la derrota de la arrogancia, de manos de la pasión por la vida. Todo en manos de actores que bastante bien desepmpeñan sus roles, como son AMY, Justin, el bateador y el gerente del computador. NI siquiera cabe en mi página Eastwood.