De la película rescato dos cosas.
La primera es el hecho de que el director realzara al protagonista, sin caer en desmedro del antagonista, pues sólo así se agrega valor de manera integral.
Y lo otro es que rescata por sobre manera el hecho de que la libertad e igualdad se lograrían sólo y únicamente a través de la via democrática y pacífica, llegando incluso a contradecirse frente a los grupos más activos de trabajadores que querían tomar las armas para vengar el ahogo económico que impuso el sector opositor y dueño de las empresas, acusándo de esta manera a Allende de este fracaso.
Por el contrario, aparece la figura de A pinochet, quien a través de las armas, impone un sistema igualmente válido, en cuanto a que también aspira al desarrollo del país, y mejora de cada uno de los chilenos, pero de manera opresiva, y violenta, no democrática y pacífica, más allá de lo utópica ésta que sea.
Finalmente no puedo dejar de expresar, la similutud que me deja esta reflexión cinéfila entre A Pinochet y F Castro, mirándolo siempre desde el ángulo pacífico que realza la película, puesto que ambos, con ideologías distintas y opuestas, que ahora ni siquiera quiero discutir, impusieron de manera violenta y opresiva (repito intencionalmente estos adjetivos) sus sistemas de gobierno.
Ahora si que sí termino, quiero destacar el hecho de que Chile sufrió dos procesos particulares y únicos en la historia. La incorporación pacífica del socialismo, y la entrega de poder de un dictador. Que fuerte no? (que me corrijan los historiadores).
